Nombre Restaurante Vilariño.
Lugar Palas de Rei, Avenida Compostela, 16.
Teléfonos 982 38 01 52
Especialidades Callos, cordero, paella, carne asada
y pollo casero.
Cierra No.
El restaurante Vilariño de Palas de Rei consiguió (sólo en cinco años)
situarse como referente del buen comer dentro del Camiño de Santiago. Sin
embargo, como reconoce su propietario, Jesús María Vilariño Ouro, la carta no
es exclusiva para peregrinos, sino que este establecimiento recibe una
clientela heterogénea entre la que figura “moita xente obreira”.
El Vilariño apuesta fuerte por el menú. Un ejemplo: de primeros, sopa, ensalada de pasta, ensalada mixta, entremeses variados y empanada de bonito (casera). De segundos, paella (con marisco), costilla asada (ternera y cerdo), carne ó caldeiro, chuleta y filete de cerdo, merluza a la plancha y algún que otro pescado. De postre: flan (de la casa), fruta, queso y tartas (la más pedida es la de Santiago). No falta el café (con gotas). El vino de la casa es de Sober (Mencía).
De esta relación llama la atención la chuleta de cerdo con piel. El edificio que acoge el Vilariño fue construido en el solar del antiguo y emblemático bar España, a cuya última familia propietaria pertenece Jesús María Vilariño, aunque antes de poner en marcha el restaurante dedicó 15 años al noble oficio de carnicero. La carne en el Vilariño es de calidad contrastada. Una sugerencia de la casa, por encargo y por 30 euros: jamón ibérico, pescado (lubina o rape) o almejas, cordero al horno y tarta. El hijo del propietario, Adrián Vilariño Gómez, realizó estudios de hostelería y ya tiene plaza en esta casa. De los fogones se encargan las cocineras locales Araceli y Ana.
El Vilariño apuesta fuerte por el menú. Un ejemplo: de primeros, sopa, ensalada de pasta, ensalada mixta, entremeses variados y empanada de bonito (casera). De segundos, paella (con marisco), costilla asada (ternera y cerdo), carne ó caldeiro, chuleta y filete de cerdo, merluza a la plancha y algún que otro pescado. De postre: flan (de la casa), fruta, queso y tartas (la más pedida es la de Santiago). No falta el café (con gotas). El vino de la casa es de Sober (Mencía).
De esta relación llama la atención la chuleta de cerdo con piel. El edificio que acoge el Vilariño fue construido en el solar del antiguo y emblemático bar España, a cuya última familia propietaria pertenece Jesús María Vilariño, aunque antes de poner en marcha el restaurante dedicó 15 años al noble oficio de carnicero. La carne en el Vilariño es de calidad contrastada. Una sugerencia de la casa, por encargo y por 30 euros: jamón ibérico, pescado (lubina o rape) o almejas, cordero al horno y tarta. El hijo del propietario, Adrián Vilariño Gómez, realizó estudios de hostelería y ya tiene plaza en esta casa. De los fogones se encargan las cocineras locales Araceli y Ana.
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